Desde la Época Prehispánica, la República Mexicana ha enfrentado a las calamidades como: inundaciones, sismos, huracanes y guerras que dieron origen a la implantación de medidas de carácter preventivo como diques, fortalezas, etc. Durante la Época Colonial y del México Independiente, el país resulto afectado por desastres semejantes, además de enfrentar plagas y epidemias. En la actualidad y como consecuencia del desarrollo humano e industrial, la amagan contaminación ambiental, explosiones, radioactividad y lluvia ácida, entre otros. Durante el presente siglo, las calamidades han continuado, presentando resultados catastróficos; resaltan entre los más recientes e importantes:

• Erupción del volcán Chichonal en Chiapas durante 1982;
• Explosión de tanques de almacenamiento de gas en San Juan Ixhuatepec, Estado de México, en 1984;
• Sismos del 19 y 20 de Septiembre de 1985 en la Ciudad de México;
• Huracán Gilbert en 1988;
• Incendio Forestal de Quintana Roo en 1988;
• Explosión en Guadalajara, Jalisco, en 1992;
• Huracán Paulin en las Costas de Guerrero y Oaxaca en 1997

De la necesidad de proteger a la población respecto de las calamidades, surge un conjunto de acciones englobadas en la noción de Protección Civil, la cual se constituye como respuesta a una serie de demandas estrechamente ligadas a las condiciones de vida de nuestra sociedad, a la exigencia de seguridad de la población frente a los azares de la vida y a los riesgos que en ella se generan, en forma natural o derivados del desarrollo integral del conglomerado humano y de la convivencia que esto representa.

La Protección Civil es un elemento importante de nuestro modo de organización y de congruencia social, constituye una tarea indispensable, consciente, deliberada, global y planificada para proteger y conservar al individuo y por ende a la sociedad en su conjunto.

La Protección Civil hace efectivo el derecho que cada mexicano tiene a la vida y a la seguridad, por tanto a un mayor bienestar, a la educación, a la salud y al trabajo con sus múltiples efectos positivos sobre la vida en sociedad.

La Protección Civil se entiende como una actividad solidaria de los diversos sectores que integran la sociedad, junto y bajo la dirección de la administración pública en busca de seguridad y salvaguarda de amplios núcleos de la población, donde éstos son destinatarios y actores principales de esa acción, ante la ocurrencia de un desastre.

Es por esto que el Gobierno de la República Mexicana, tiene como propósito hacer de la Protección Civil una acción que provea seguridad hacia el futuro y permita un desarrollo urbano e industrial en mejores condiciones; por ello se planteó la necesidad de crear un Sistema Nacional de Protección Civil, que permita asegurar una mejor atención a toda la población.

Como respuesta a la necesidad de contar con un sistema integral, el 6 de Mayo de 1986 en el Diario Oficial de la Federación se publicó el documento “Bases para el Establecimiento del Sistema Nacional de Protección Civil” , éste establece que el Sistema Nacional de Protección Civil se constituye como un agente regulador y se concibe como un conjunto orgánico y articulado de estructuras, relaciones fundamentales, métodos y procedimientos que establecen las dependencias y entidades del sector público entre sí y con las organizaciones de los diversos grupos sociales y privados, así como con las autoridades de los Estados y Municipios, a fin de efectuar acciones de común acuerdo destinadas a la protección de los ciudadanos contra los peligros y riesgos que se presentan en la eventualidad de una calamidad y cuyo objetivo principal es proteger a las personas ante la presencia de un desastre provocado por agentes naturales o humanos, a través de acciones que reduzcan la pérdida de vidas humanas, la destrucción de bienes materiales y el daño a la naturaleza, así como la interrupción de las funciones para el desarrollo de la sociedad.